domingo, 20 de junio de 2010

Paseos de fin de semana

El domingo anterior nos sumamos a un grupo de Ecologistas en Acción y nos fuimos a la desembocadura del río Guadalhorce a ver pajaritos. Eramos diez personas, incluyendo un niño de unos 6 años que nos impresionó por su buen comportamiento e interés.


Pasamos un rato muy agradable con ellos, caminando entre los observatorios desde los que íbamos viendo Patos Malvasía Cabeciblanca, Porrón europeo, Gallineta, Cigüeñuela común, Garceta común, Garza real, Chorlitejo Patinegro, Chorlitejo Chico, Aguila pescadora, Avetoro, Abejarruco, Focha común y tortugas. Nos quedamos con las ganas de ver un camaleón, que nos dicen que están por ahí, muy bien escondidos.

Pasando de los binóculos a la bici, este sábado teníamos el último paseo de la temporada con Ruedas Redondas. Viernes, descubrimos que mi bici tenía un problema en el "núcleo" de la rueda de atrás y luego de desarmarla (Miguel) y limpiarla (yo), era obvio que había que cambiar esa pieza. Fuimos a buscarla al ciclo y hubo que ordenarlo, por lo que la Montague se ha quedado en dique seco y hubo que sacar a mi viejita Giant de su retiro de más de tres años. La armamos y salí a dar una vuelta para ver que estuviera todo en orden; se siente pequeñita y liviana y aunque los cambios no son tan suaves, los frenos están nuevos y eso es lo que más se necesitaría para el viaje previsto.


Sábado, nos encontramos en el centro de Málaga, donde montamos las bicis al autobús; éramos 21 personas. El viaje fue medio sinvergüenza pues el autobús nos llevó hacia los montes ubicados al norte de la ciudad y nos dejó a la entrada del camino que lleva a la Ermita de los Verdiales . Allí bajamos bicis y salimos; tocó subir un par de cuestillas, pero la mayoría del camino fue cuesta abajo, ejercitando más los antebrazos que las piernas.

Ermita de los Verdiales

Valle del Guadalhorce

A lo largo del camino, hay lindas vistas del valle de Málaga y del valle del Guadalhorce y tierra adentro se puede ver la formación de El Torcal.


Al llegar al pie de los montes, buscamos hacia el río Campanillas, cuyo cauce seco seguimos por varios kilómetros, luego salimos cerca de la carretera de Cártama y nosotros nos desviamos rumbo a la casa, mientras el resto del grupo seguía hacia el río Guadalhorce y la playa. Fue una ruta fácil y en buena compañía y volvimos bien empolvados y listos para bebernos un litro de gazpacho cada uno.


Valle de Málaga


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